Gafas negras enmarcando nuevamente el rostro
Atormentado por las manos que fueron dulces antaño
Incapaz de provocarme,
Algo que no es placentero, me dijo,
Que tan lejos de la realidad
Pensando que todo es juego
Creyendo que no volverá a pasar,
Deja lo injustificable, justificado
Por la ceguera del pseudo-amor
Ahora con nada aclarado sigamos como si nada
Propuso ella
Deshaciéndose en mil perdones
Y un “no volverá a pasar”
Puso fin a la contienda ese animal inhumano
Que hasta da bronca decirle él
Un círculo que sufre la intimidad de la victima
Victima que no se toma por si misma como tal
Ni se atreve, ni lo cuenta
Solo queda en evidencia
Sufre, calla, vive como puede
Duele, como duele
Hasta donde llegaremos?
Jamás se lo preguntó, ni siquiera en sus adentros,
No reprochó su comportamiento
Y del otro lado, por lo tanto,
Encontró libertad de juego
(Porque así se lo tomó)
Y en pleno libertinaje
La mano que acariciaba
Fue la misma en la madrugada
Que aquel cuchillo empuñó,
Asestándolo en el pecho
Repitiendo el movimiento,
Hasta que el hueso astilló
Llorando o fingiendo un dolor
Mientras gritaba enardecido:
MIA O DE NADIE!!!
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